Con frecuencia se dice que la novela es una obra de ficción extensa, para diferenciarla del cuento que, por lo común, es corto. Mas no es ésta, quizá, su principal característica. Probablemente, lo más peculiar en ella es el enredo. Un enredo de diversos asuntos que se narran, a veces, sin aparente relación pero que necesariamente sí tienen que ver unos con otros. Este enredo se va formando a medida que se entrelazan estas historias: es esto lo que constituye la trama.

Por demás, en la novela hay también diversos personajes que son pensados según la función que vayan a desempeñar. Por tanto, habrá unos que llegan, hacen lo que les corresponde y “se van”; aunque puede ser que vuelvan según que se requiera su presencia. Pero también hay otros que permanecen, de acuerdo con lo que se haya dispuesto en el momento de estructurar la novela.

No obstante, no basta con tener claro cuál es la técnica que ha de utilizarse para escribir una novela: la escogencia del tema es una de las dificultades más comunes que tiene uno, como novel en el asunto, para iniciar la escritura.

Precisamente entonces, ha sido en la búsqueda del tema cuando apareció la posibilidad de estructurar esta novela con base en el conflicto armado que ha afectado a Colombia a lo largo de las últimas décadas y, en particular, en las razones que pudieran llevar a un ser humano, además de una causa política, a emprender una lucha de estas sabiendo que le llevará, muy probablemente, toda una vida.